Estuvieron en el sitio y el momento inadecuado.
A nada que rasques un poco, te encuentras que intentar entender los vaivenes de la política en la Edad Media, es cuando menos difícil.
Y entender por que Languedoc o más extensamente Occitania, fueron caldo de cultivo de la religión de los búlgaros, considerada herética desde lo inicios.
O porque esta zona, fue de las primeras que dejaron el latín.
O dicen que fue el momento de oro de los trovadores y Cantos de Amor.
Y participaron en los inicios de las cruzadas, de las órdenes mendicantes.
Y muchas otras cosas que no tocan en ésta entrada pero que le dan el entorno para intentar entenderlo.
Preparando el viaje, releí el libro de Rosa Montero: La Historia del Rey Transparente
Una forma graciosa de meterte en ese SXIII tan lleno de historias en esta zona tan concreta.
Lo que está claro es que aún cuando la historia la cuentan los vencedores, Simón de Montfort y la Inquisición perdieron la batalla de la propaganda y casi todos, de forma instintiva nos ponemos a favor del débil, en éste caso lo Buenos Hombres y Mujeres, los Perfectos, los seguidores del Catarismo.
El ascetismo desaforado, la pobreza explicada y vivida, la igualdad entre mujeres y hombres, contrastaba demasiado con la Iglesia rica y recaudadora de diezmos que ahogaban a los siervos.
No queda tan claro qué hizo que los nobles apoyaran éste movimiento, salvo quizas , el marcar diferencias con el Reino de Francia, que en aquel entonces era realmente poco más que París.
Una vez eliminados esos nobles occitanos, los cátaros fueron masacrados pueblo a pueblo por la recién inaugurada Inquisición y la orden de los Dominicos o peroos del señor..
Hoy en día, y de eso los franceses saben mucho, es un dinamizador del turismo de ésta zona, especialmente de Aude, autodenominado País Cátaro y donde se encuentran la mayor parte de los castillos y poblaciones que hemos visitado.
La Montaña Negra y la Zona Sur de Aude.
A la hora de planificar el viaje, la ventaja es que hay dos zonas perfectamente delimitadas y diferenciadas .
Una, por la zona de la Montaña negra donde la selección fue :
Mazamet, Saissac, Montolieu, Saint Martin Le Vieil, Abadia Villalongue, Molino de Papel de Brousses, Abadía de Saint Papoul, Castelnaudary, Bram, MInerve, Caunes Minervois, Lastours.
La otra por la zona más meridional de Aude:
Lagrasse, Villerouge-Termenes, Termes, Castillo de Aguilar, Castillo de Queribus, Castillo de Peyrepertuse, Gorges de Galamus, Castillo de Arques, Rennes le Chateau, Castillo de Puilaurens, Castillo de Puivert, Castillo de Montsegur.
Los puedes encontrar en My Maps , junto a todas las rutas que habíamos planificado para este viaje con excesivos objetivos.
La pega para los autocaravanistas es que las carreteras son rurales de verdad. Ya veníamos un poco cansados por la ruta del Camino de Santiago Tolosano que nos había llevado por la Francia profunda con carreteras sin pintura en el medio. Y aquí se vuelve a repetir, añadido a las fuertes cuestas en los entornos de los castillos.
Por la complejidad, tuvimos suerte y en un Vide Grenier, conseguimos, a precio de saldo, un mapa de Francia Michelin a un nivel de detalle excepcional (es un libraco del 2013) que complementado con el Tomtom te permite llevarle la contraria al GPS y coger otras carreteras.
Hemos tenido tramos en los que las señales eran para bicis, y donde nos teníamos que parar para que pasara la bici…
De los castillos, sin ser original, son nidos de águilas en muchos casos, y como no nos gustan demasiado por dentro, los hemos visto desde la distancia.
Para los frikis, les esperan fuertes pendientes y caminos aún más estrechos…
La Montaña Negra
Es un macizo montañoso de escasa altura (mas menos 1000 metros), incluido dentro de la preciosidad del Parque Natural Regional del Alto Languedoc( que también lo pasamos y es espectacular por la parte del Camino Tolosano).
Alimenta de agua los lagos artificiales que hizo Riquet para el canal de Midi.
Nosotros veníamos de Capestang así que entramos por la puerta grande con uno de los abundantes y más bellos pueblos de Francia. Estos son los retazos de nuestros recuerdos y de las pocas notas que hemos tomado.
Minerve: Lo espectacular es la aproximación y las gargantas (si tenéis opción, dicen que merece la pena acercarse a las gargantas de la Cesse y de Brian). Su emplazamiento es también peculiar. No nos acabó de gustar, o para ser más exacto, no es tan espectacular como otros pueblos más bellos de Francia. Aunque es completamente diferente me recuerda a Frías. Lo que también es importantes es la AOC Minervoise, con vinos de calidad alta y precio razonable.
Caunes- Minervoise: Pueblo coqueto, con una Abadía de San Pedro y San Pablo peculiar. La cripta con restos visigodos, ábsides románicos, claustro le hacen razonable, pero cara. Como curiosidad tiene una zona dedicada a Spirou, que para los que fuimos amantes del cómic, resulta entrañable y bien organizada. Los que han estado en Versalles igual se acuerdan de un mármol veteado rosa, que es de esta zona. Dormimos en el camping municipal. Muy agradable y tranquilo.
Lastours: Bautismo de los castillos. Optamos por no verlos por dentro, asi que en vez de ir al propio pueblo y empezar el ascenso, lo vimos desde el Belvedere (bastante lejano en carretera) de Montfermier. Te cobran también por la vista, pero merece la pena y mucho. Cuatro señores castillos que protegían ua zona rica en hierro y con restos de castros antiguos. Y un punto clave donde se refugiaron bastantes de los líderes cátaros.
Saissac : Un balcón con Pirineos al fondo, el Valle y la Montaña atrás. Castillo y para los que le gustan las monedas , muchas del SXIII. Agradable y reposado.
Montolieu : No es que valga mucho pero lo pasamos bién. Tiene ambiente. Se le llama la ciudad del libro y es impresionante ver los quince establecimientos de libros de antiguo la mayor parte. Algo mucho más tangible que Urueña en Valladolid. Bares y restaurantes agradables, Camping privado y muy razonable donde acampamos. Fiesta nocturna popular con paella y al día siguiente Vide Grenier bastante grande. Un sitio especial. No pudimos, por estar cerrado, ver el Museo de la artesanía del libro.
Abadía Saint Papoul: Lo más importante es la exposición de las obras del Maestro de Cabestany, personaje desconocido, pero que dejó muestras de sus obras en Languedoc Italia, Cataluña y Navarra. Desde aquí fuimos a la zona del Canal para ver Bram y Castelnaudary y después cogiendo la carretera general, por fin, con un poco de alegría y velocidad, nos llegamos a Lagrasse.
La zona Meridional de los Castillos Cátaros
Lagrasse: Este si era uno de los mas bellos pueblos de Francia y se lo merecía. El trazado, el río, el puente,el mercado, la Abadía… Una gozada. La Abadía en si me decepcionó bastante. En éste viaje nos ha costado ver abadías impactantes.
Entramos en la AOC Corbieres. Precios más altos, pero compensados por una calidad excepcional en los tintos que probamos. Es mucho de suerte, ya que a veces cogemos directamente de una bodega y otras de los supermercados. Las probabilidades de error son mayores que las de acierto, pero estamos tentando a la suerte.
Termes: Es espectacular la vista del castillo desde la carretera. Fue uno de los que más se les resisitió a los llamados cruzados. Milagrosamente pudimos pasar por el el pueblo ya enfilados al siguiente. El recorrido ataca los nervios y no es apto para cardiacos. Gargantas, estrecheces, montes, una preciosidad. Pero llegamos agotados al siguiente pueblo donde nos quedamos a dormir.
Villerouge- Terménes: Peculiar sitio donde dicen que fue quemado el último perfecto conocido. El castillo palacio lo es todo. Tienen un espectaculo de luz y sonido que acaba pronto y empieza tarde, así que nos lo perdimos. Tuvimos la suerte tomando una cerveza de ver a casi todos los habitantes del pueblo tomando algo y parecía más una reunión de comunidad. Es una pena que nuestro francés se ridículo o más bien inexistente. Dormimos aparcados en un parking a la entrada. Muy agradable pero solos. No hemos encontrado demasiadas AC por estos caminos de cabras.
Cansados , nos habíamos propuesto dejar el resto de los castillos para una siguiente vez. En nuestra línea habitual, a la mañana cambiamos de planes y nos metimos en otro enjambre de carreterillas para llegar hasta Cucugnan.
Castillos de Quéribus y Peyrepertuse: En el camino desde Villerouge hasta estos pedazo de castillos en las alturas, se confirma la rebelión a bordo. Otra carretera de color blanco en los mapa Michelin y duermo solo en lo que queda de vida. Stop en el cruce y miramos en detalle y casi podemos confirmar que mirando de lejos los dos castillos ya nos quedamos contentos, por ser una pasada donde no sabes si son rocas o restos de castillos. Y los que nos quedan están al alcance de una carretera verde o roja, lo que significa que al menos tienen mas de 2,5 metros de anchura y caben dos coches. A pesar de su estampa, estos se rindieron en poco tiempo. Dejamos por tanto los Castillos de Aguilar y Arques para otro viaje. Pasamos viendo a lo lejos el castillo de Puilarens, pero por galibo no puedo pasar.
Asperez: El pueblo es tranquilo sin nada a destacar, pero tiene una zona de parking , cerca del museo de dinosaurios, excepcional a la vera del río. Nos plantamos un buen rato y al final acabaremos durmiendo en el mismo sitio.
Por error subimos a Rennes Le Chateau, el mundo del esoterismo y una historia sobre un cura y el tesoro de los cátaros. Casi perdemos el sitio cerca del río por haber ido allí.
El día siguiente nos pegamos un buen tute, solo en parte relacionado con el Catarismo. Vemos el castillo de Puivert, con una fuerte subida, en la que hasta Kapu se queja.
Y como no, la joya sentimental del Castillo de Montsegur. Cuando los cruzados llegaron a Montsegur, los Cátaros empezaban a ser historia pasada, más que protegidos, estaban confinados en ésta última ciudadela de águilas. La leyenda dice que los perfectos y perfectas que había fueron cantando a la hoguera.
De camino visitamos Canon, que es otro de los mas bellos pueblos de Francia, pero no tanto Eso si, el castillo abadía reconvertido en hotel es espectacular. Nos echaron, ya que no damos el nivel para el hotel y estamos curioseando por todas partes.
Mirepoix, un pueblo precioso con unas plazas que son lo realmente espectacular, y las raras arcadas de una anchura tal, que permiten el paso de carruajes.
Una preciosidad.
Y finalmente Foix, su castillo es sorprendente, por la forma y la ubicación. Y la abadía de San Volusiano. Mucho comercio y se respira vida. Muy agradable.
Y ya nos vamos
Han sido varios días muy esforzados. Pero nos ha enganchado ésta zona. Castillos espectaculares, pueblos con encanto y mucha historia en cada uno de ellos que no me he atrevido a incluir para no aburrir demasiado.
Probablemente ahora los cátaros serían una secta tremendamente ajena a nuestra forma de pensar, donde la carne no es diabólica y donde los placeres terrenales forman parte de nuestro disfrutar.
Pero cuentan con nuestra solidaridad, comparados con los perros del señor, inquisidores y Simones de Montfort que asolaron esta zona.