Orain Bizkaia en tiempos de Pandemia

y de momento no queda otra….

Seguimos de confinamiento en esa fase entre 0 y 1 y a las puertas de la fase dos.

Aún no sabemos si será una fase dos plena o aguada con restricciones.

Nos tocan aún algunas semanas con Bizkaia como objetivo. Una buena campaña publicitaria haciendo de la necesidad virtud: Orain Bizkaia.

Pero si sigue el buen tiempo que hemos tenido esta semana, ya nos damos por satisfechos, después de tanto tiempo de reflexión individual y ejercicio en franjas horarias.

Una zona normalmente imposible en verano ha sido nuestro primer objetivo: Lekeitio.

Estrenaban los lekeitarras la nueva reglamentación que eliminaba las franjas horarias para poblaciones por debajo de 10.000 habitantes. Se supone que nosotros, al proceder de zona con franjas, debíamos mantener las mismas franjas horarias. Lo hemos hecho razonablemente, aún cuando hemos estado haciendo compras y tomando vinos, vestidos de montaña.

Hemos estado en el parking mixto de coches y Ac, podías vaciar negras y grises, pero no había fichas para el agua, que normalmente se cogen en Turismo. Hemos podido usar agua corriente de la fuente, llenando botellas. El enclave muy agradable, cerca del centro y muy tranquilo. Pensábamos que iba a estar petado, pero parece que el miedo aún retiene a las ACs en sus garajes.

Como no somos surferos, ni tenemos neopreno para nadar, hemos paseado por la playa. En general todos muy cumplidores, pero alguna toalla y cierto relajo al sentarse en la arena ya se ha visto.

Es difícil resistirse a la tentación con solanas de 25º.

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El Camino Olvidado en tiempos de Pandemia (I)

unas lineas de reflexion

Un tópico que decimos a veces es que, lo importante del Camino es tu camino interior.

Pero en el Francés, en el Norte o incluso, en según qué épocas, en el Primitivo, lo difícil es encontrarte a ti mismo con todo el ruido exterior.

Los que somos ariscos y solitarios, lo intentamos, pero cuesta. Y como somos prácticos, entonces la prioridad cambia de ti mismo, a tú relación con los otros.

Y los que discurren por la burbuja del Camino saben que esta relación es mayor que la que hacemos en nuestra vida diaria.

Para aquellos que busquen facilidades para explorar ese camino interior, sin otros, en el que te centres egoístamente solo en ti y en tus necesidades básicas y en la que, sin ser contradictorio, te abras a los que viven en estas aldeas y pueblos, el Camino Olvidado es una excelente opción.

Es un camino con el nombre adecuado. Aún es un camino olvidado, salvo para algunos voluntariosos animadores que mantienen las redes, el FB y las señalizaciones cual quijotes contemporáneos.

Discurre por tierras y terrenos en las que cualquier tiempo pasado sí fue mejor.

Como espina dorsal está el tren de La Robla, que es otro ejemplo de anacronismo y que ahora acabará convirtiéndose en un reclamo a lo Orient Expres rural.

Es un tren que usaron los emigrantes que buscaron en Bilbao una salida a la miseria de unas tierras pobres o para huir de las condiciones espantosas de la mina.

Es un camino que, al poco de salir de los núcleos importantes, discurre por montes, pistas y aldeas o concentraciones de viviendas, casi todas sin servicios.

Es un camino a la antigua.

Solo he hecho caminando la primera parte. Cuando acabemos el confinamiento saldremos como cava descorchado con nuestra autocaravana Kapu a cualquier parte. Pero cuando salga el gas y repose el cava, espero poder hacer el resto del Camino Olvidado y enlazarlo con otro camino poco visitado que es el Camino de Invierno.

Ya he dejado de intentar justificarlo, seguiré haciendo caminos, aún cuando por ser el primero y el que hice con toda la familia, el Francés seguirá siendo mi preferido.

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