Olemos a Santo y algo más.De Villafranca del Bierzo a A Pena.

La entrada a la Galicia rural de la Ribera Sacra lucense

Lo que antes era una carretera peligrosa, la autovía y sus grandes puentes han dejado en el olvido la salida de León a través de uno de sus puertos emblemáticos, el de Petraficha, y que los peregrinos lo visualizamos en el ultimo monte de verdad, en la población de Cebreiro.

De la salida del Bierzo se puede destacar la Vega del río Valcarce. Anclada en el pasado, las poblaciones a marchas forzadas están orientándose al turismo rural, con buenos alicientes de ruralidad, paseos de monte y mucha tranquilidad.

Cebreiro, la entrada a Galicia bien merece algún comentario.

Es difícil imaginar cómo ha sobrevivido está acumulación de pallozas de pizarra, reflejando lo duro del vivir no hace demasiado tiempo.

Ahora es un buen sitio para ver cómo vivían, entre recuerdos/souvenirs y oferta de restaurantes.

Pero basta con madrugar, ver el pueblo con su iglesia románica, sin el atrezo de carteles y expositores para verte sin querer en la edad media.

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Castilla-León:De Hospital de Orbigo a Villafranca del Bierzo.

León en su versión de montaña.

Por fin. Si en algún momento tengo que elegir mi tramo de todo el camino , casi sin dudarlo, sería el que va desde Astorga hasta Cebreiro.

Parte se deberá al contraste con la meseta, parte a la aparición de montañas, parte por los paisajes de vino, algo por los pequeños pueblos que pasamos con vida propia, no solo del Camino.

Y algo de sentirte cerca.

Por ejemplo, el tramo desde Roncesvalles hasta Estella es de una belleza casi perfecta, pero está muy lejos de la meta.

Con Cebreiro empieza la Galicia rural que tiene escondidos a los peregrinos en las corredeiras, donde nos juntamos los de los cien y los de ochocientos kilómetros

Pero sin adelantarme, disfrutemos de la Maragatería y del Bierzo

La Maragatería

Una vez pasada la región del paramo leonés, la siguiente es la Maragateria.

Los científicos le están quitando emoción a las cosas. Antes eran procedentes de moros cautivos o de reyes moros. Y ahora dicen que como arrieros llevaban el pescado salado del mar gallego a los gatos, denominación de madrileños.

Al menos nos dejan las leyendas de por qué su cocido se come al revés, ¡no sea que venga el francés y se lleve los avíos!

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Castilla-Leon: De Moratinos a Hospital de Orbigo

León es muy grande

Con diferencia, es la parte de mayores contrastes.

El principio es continuación de la meseta palentina. Por lo que es olvidable y solo sufrible.

Esta entrada va de esta parte, que cubre desde Sahagún hasta Hospital de Orbigo.

Luego ya veremos los cambios que implican la montaña y los techos del Camino de Santiago.

Todos esperamos ya ese cambio.

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Castilla-León: Palencia. De Castrojeriz a Moratinos

Y otra vez solo

Viajar solo y chapurrear el inglés son un pasaporte a hablar con la gente. Más en estas fechas donde cuesta encontrar españoles.

No se si tiene algo que ver pero en dos etapas donde me he visto obligado a privados, haberlos haylos.

Cambia todo, el ritmo, las paradas e incluso la comida.

Hago jornadas de algo más de treinta kilómetros, por lo que casi sin parar, necesito ocho horas y si paro algo acabo sobre las tres cuatro de la tarde con lo que pillo la solana fuerte.

Más hidratación y prefiero consumir las barritas y bizcochos que he estado paseando estos once días.

Un vino en las etapas aburridas y apurar mucho por la mañana. A esas horas solo saludo. A los pocos, que más allá de la una, siguen andando, son tan desesperados como yo y quieren/queremos hablar, para salir del aburrimiento de estas etapas palentinas.

Y en esas estamos.

Ahora el objetivo es hacer lo que resta de camino antes de finalizar la primera semana de junio.

No parece que vaya a ser un problema, si respetan las contracturas.

Etapa decimosegunda: Castrojeriz Villalcazar de Sirga

La salida de Castrojeriz es espectacular, ya que hay que subir al páramo y se hace en poco tiempo y buena pendiente. Pero entre jadeo y jadeo, cuando miras atrás la vista del valle, del castillo y del pueblo es espléndida, con el sol saliendo por detràs.

Muy poético sino fuera por la cuesta.

Por contra cuando llegas y miras al otro lado, señor que bajón.

Se intuye lo que es el pàramo.

Poco después hay un momento dulce. Justo cuando llegas al Pisuerga en Puente Fitero.

Hay un albergue, en un edificio medieval, que lo regentan los italianos. De donativo y con cena comunitaria con pasta italiana de verdad, como me explicó una lituana.

Para otro año.

En poco tiempo estás delante del rollo de la justicia de Boadilla del Camino. Parada obligatoria en el albergue En el Camino. Le tenemos mucho cariño al nervios del responsable y la buena mano de la cocinera con los cocidos.

Un poco más de trigo y llegamos al canal de Castilla, espectacular y con sombra.

Un poco más y las esclusas, ya sin uso.

Y un poco más y la joya románica de San Martín de Fromista.

Ahí se acaban las concesiones a la vista.

Población de Campos, Revenga y Villarmentero no tienen desperdicio.

Son hitos en rectas horribles y sin compasión, para llegar a pueblos donde por no llegar ni ha llegado el boom del camino.

Un mucho más allá, que se hace agónico está Villalcazar de Sirga. Conocido por el Mesón de asados y quizás tambien por la iglesia gigantesca y preciosa de Santa María la Blanca.

El albergue municipal lo gestionan los de la Orden de Malta. Al igual que en Cizur.

Un encanto de gente. Y un albergue modesto pero completo y una cocina sobrada.

Después de treintaisiete kilómetros me ha parecido gloria bendita.

La tienda de alimentación abre de seis a siete, en temporada alta.

Son fiestas mayores del pueblo, pero por suerte lo grande empieza mañana

Lo pasamos bien con los Hospitaleros y la gente. Un día completo.

Hoy me ha salido una miniampolla. Espero que no moleste.

Etapa decimotercera: Villalcazar de Sirga Moratinos

No tiene remedio. Hay que hacerlo. Amaneciendo llegamos a Carrión de los Condes. Los monumentos salvan la ciudad. Santa María , Santiago y San Zoilo son palabras mayores.

Luego hay un vacío en el mapa de diecisiete kilómetros hasta Calzadilla de la Cueza. Diecisiete kilómetros de dolor.

Lo único que lo alegra es la romería de peregrinos. Somos como hormigas, ahora que no hay sitio donde parar o esconderse, aparecemos todos.

Calzadilla de la Cueza, que no merece nombre tan largo, es un oasis y no es nada.

Peor aún Lédigos o la inexistente Terradillos de los Templarios.

Sitios donde no hay municipales, la gente llama y se acaban las plazas.

Por no pasarme de los treintaisiete elijo un mal menor que es Moratinos.

En todos estos pueblos no cunden los albergues públicos, con lo que todos son restaurantes con literas.

Olvidable.

Pero San Bruno está regentado por Italianos. Nos anuncian una cena italiana.

El sitio está bien, zonas verdes para estar tumbado, literas razonables más de lo esperado.

La cena muy floja, con lo que un día perfecto se convierte en mediocre.

Menos mal que dos castellonenses y dos de Ermua, animan el cotarro y empezamos a conocernos.

Ya veremos lo que cunde.

Mañana entramos en Sahagún y ya en León.

Momento Axe

Después de la sorpresa de haber hablado con las creadoras de abrigos de los árboles, que últimamente hemos visto en bastantes sitios, pero que se hacía difícil de imaginar en Moratinos, y después de enseñarles nuestro blog y ver el Bosque encantado del valle de Caderechas llegó el momento Axe.
Imaginaros una zona de solarium con tumbonas. Una pareja, no de peregrinos, disfrutando del fin de semana. Ella espectacular, objeto de miradas o no saber dónde mirar.

Entre medio un sitio para refrescar los pies, con agua fría.

Grupo de peregrinos, sobre todo mozas ubicándose en la zona. Y de pronto aparece él.

Rubén

Un alemán de los de Leni Riefenstahl.

Ve el estanquillo y según deja la mochila , se quita las botas y calcetines y se mete en el agua.

En un momento se quita la camiseta y aparecen las tabletas de chocolate y los pectorales de nadador.

Silencio.

Los demás inexistentes.

Le digo que se va a quemar, me dice que se le ha acabado la crema de sol y no desaprovecho la opción.

Le traigo la crema y mientras se da la crema aún en el agua, no deja de sorprenderme que habiendo hecho yo lo mismo no se consiguiera ese silencio.

Algo tengo que hacérmelo mirar.

Castilla-Leon: Burgos. De Tosantos a Castrojeriz.

Ana se retira

Despues de más de 250 km, y once días la rodilla y la cabeza de Ana han dicho basta.

Habia habido un momento de envalentonamiento previo de llegar a León, pero la etapa larga de Rabè a Castrojeriz ha sido la puntilla a la rodilla.

Pero esto es el camino.

Ella vuelve a Portu y yo continuo.

Burgos es algo transitorio con solo tres etapas y media.

Nos avisa de lo que viene en Palencia y está muy condicionada por Burgos capital.

Nosotros como habíamos prometido, nos íbamos a saltar el tramo de los polígonos industriales, y esos escasos seis kilómetros, nos separan de la gente que conocíamos. Luego siempre se recupera a alguien pero se nota.

No estamos muy de capitales así que dejamos el disfrutar de Burgos para otro momento.

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En La Rioja llegó la espiritualidad. De Viana a Tosantos.

La Rioja y sus viñas.

No pretendo ser muy original hablando de las viñas en Logroño. Pero, cuando vas andando te das cuenta de su inmensidad. El recorrido del camino por La Rioja está claramente diferenciado en una primera parte con, casi monocultivo del vino y que no volveremos a sentirlo hasta el Bierzo, y otra que ya anuncia lo que nos espera de esa Castilla de los mares de trigo.

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2018 De nuevo en el Camino : de Iruña a Viana

¿ Y qué pintamos otra vez en el Camino de Santiago?

Los que nos siguen, saben que hay un dicho en el que, siempre hay un motivo para hacer el Camino, solo que a veces hay que buscarlo. Y a veces crearlo.

Algo de esto nos ha pasado, ya que después de decidir que y cuando ibamos, nos dimos cuenta que nuestro treinta aniversario, de boda, !de que va a ser si no!, nos pillaba en medio.

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