LISBOA: DONDE EL FRÍO ATLÁNTICO SE TRANSFORMA EN EL CÁLIDO MEDITERRÁNEO.
No cabe duda que si miras al mapa, miras Portugal y confirmas que Lisboa está en el Atlántico.
Pero esas es la única coincidencia con los países bañados por este océano.
La calidez con la que te recibe es más mediterránea. Es más comparable con Barcelona, con Roma… que no con la Liga Hanseática.
No se cuanto se debe a que es un estuario, o a que, en su historia más brillante se ha mezclado con los aires orientales de sus grandes descubrimientos.
Brasil no podría tener ese carácter si los descubridores hubieran sido Holandeses o Ingleses (aun cuando luego lo exprimieran todo de la forma más burda).
La sensación cuando paseas por Lisboa, es que es una vieja conocida.
Es como si la patina del tiempo evitara las estridencias y te hiciera cercano el paseo.
No hay palacios grandilocuentes. El gran terremoto tiró el Palacio Real, último recordatorio del dominio real de la corte española.
Cuando hablas con la gente de Lisboa, la mayor parte de sus recuerdos son lo barrios.
No hay un Notre Dame o Torre Eiffel , sino que te dicen que no te puedes perder el Chiado o la Alfama o la Baixa. ¿Quien visita La Estrella? ¿O quién va a San Vicente expresamente si no es porque le pilla cerca de San Jorge o del Barrio de Graça?.
Esto, lejos de ser un impedimento, nos ayuda a centrarnos en el carácter que se desprende de las calles y te obliga a patear sin la protección de las grandes atracciones.
Y no, no me he olvidado de Los Jerónimos y de la Torre de Belem, donde el número de autobuses es casi mayor que el numero de personas que van en el tranvía 28. Pero está a mas de cinco kilómetros de la vida en Lisboa. Pilla casi tan lejano como los barrios de Quinta do Lambert y de Luz, donde están las catedrales del fútbol, al que los portugueses son tan aficionados.
Púes de esos paseos y pateos va esta entrada. Haremos un poco de trampa, ya que describiré zonas, pero echaré mano, no solo de las que he hecho en el último viaje, sino en anteriores.
No os asustéis si en vuestra experiencia no llegáis a todo.
Es una excusa para reincidir.
DURACION Y ALOJAMIENTO
Nosotros hemos estado en camping, en hotel y en AC.
El camping, el recuerdo que tengo, es que estaba lejos.
El hotel no era caro, estaba lejos, pero estaba cerca del metro. No había airbnb o equivalentes entonces. Si ahora tuviera que coger un sitio, no me alejaría demasiado del eje de la Avenida de la Libertad.
En la AC, no hemos visto sitios que nos gustaran, o muy lejos, o con gorrillas que te dicen que si , pero pone en el cartel: no AC. Hemos usado Park4night y no lo hemos visto claro.
Así que optamos por meternos en una zona residencial que, no tuviera aparcamiento restringido para residentes, ni fuera de pago. Cerca de la Asamblea de la República y Basílica de la Estrella. Ruidoso y con circulación, pero andando a todos los sitios.
En éste último viaje hemos hecho tres noches, pero entre llegadas y salidas, en la práctica tres días completos. Suficiente para tomarse una idea de la ciudad. La exterior. Si vas a museos, otro día al menos.
Tienta ir a Sintra, pero pensar que es un día casi completo si queréis ver en detalle esa zona. Y otro si queréis ver Cascais y Estoril.
LOS IMPRESCINDIBLES
Estar en Barcelona y no hacer en algún momento Las Ramblas o ir a Donosti y no pasar por La Concha….. Hay sitios que, incluso no gustándote acabas yendo, o lo que es peor, repitiendo.
Este año , hemos reducido al mínimo los lugares comunes y visto más en detalle zonas que anteriormente no habíamos llegado más que superficialmente.
Vayamos a los lugares comunes y los no tanto.
LA PLAZA DEL COMERCIO/TERREIRO DO PAÇO
El Tajo siempre es un espectáculo y desde aquí, la grandiosidad y aparatosidad de una plaza al honor del Marques de Pombal, aún cuando quién está en el caballo es José I su protector.
Antes estaba el Palacio Real.
Ahora es una de las grandes plazas para el turismo y las oficinas de Información y Turismo.
LA BAIXA/PLAZA ROSSIO
Por alguna extraña razón, esta zona encuadrada desde La Plaza del Rossio hasta La Plaza del Comercio y encajonada entre las cuestas del Chiado y las de Alfama, recibe mas vistas de las que es capaz de digerir.
Son ocho calles longitudinales y otras tantas transversales, con comercios, restaurantes y bares y animación y barullo. Salvo por los comercios no distingues donde estás.
Vale para tomar el pulso de la ciudad y los turistas.
En la Rua Correiros, entre muchas,demasiadas personas que te preguntan si quieres cenar/comer está el Joao do Grao. Precio razonable y muy buena cocina.
La parte norte de la Baixa, con la plaza del Rossio, Restauradores, Estación y plazoleta de Santo Domingo son, con mucho, la zona más divertida de la Baixa.
En el Rossio, entro otras cosas destaca el pavimento.
Los adoquines, seña de identidad de ésta ciudad, así como los azulejos, no son unicolores. Los dibujos en blanco y negro, dicen que empezaron en ésta plaza.
Ahora uniforman muchas de las calles de Lisboa. Es curioso que los adoquines con su irregularidad y abombamientos y las fachadas de azulejos están indistintamente en zonas rica o menos ricas, evitando esa separación visual que se da en algunos países, donde te sientes rápidamente si estas en una zona rica u otra pobre.
Enfrente de la Estación (interesante para verla desde dentro, por ser Manuelina, del XIX, amplia y tener los viajes a Sintra), hay una bar gracioso (Cafe Beira Gare) donde a precio módico puedes tomar una buenas raciones, incluido bacalao muy digno.
Y si no has estado en Óbidos y no te has hartado a Ginjha o Ginghina, hay una tasca desde tiempos antiguos , enfrente de Santo Domingo.
Igual tienes que hacer cola y será difícil que oigas portugués, pero bueno…
CHIADO
Vimos el Chiado antiguo que junto al Barrio Alto, lo comparábamos con ciertas zonas del Latino parisiense, con aires de intelectualidad, fado de verdad (eso decían) y gastronomía del lugar.
Vimos el Chiado desolado después del incendio y con mucha obra, con los ánimos de recuperar lo antes posible éste barrio emblemático.
Y ahora, al volverlo a ver, está espectacular. Pocas calles, muy comerciales y salvo algunos detalles, podrías estar en cualquier milla de plata de cualquier ciudad con las conocidas cadenas textiles.
Los peajes de una zona tan comercial.
Pero , entre Zaras también hay pequeñas joyas, en tiendas que le dan ese toque chic.
Pero hay que buscarlas.
Y claro además está el café Brasileira, donde hay que hacerse una foto con Pessoa.
Y el Museo del Chiado y las ruinas del Carmen como recordatorio de lo que fue el terremoto.
BARRIO ALTO
Para un lisboeta, no tener claro Chiado y Barrio alto es casi una herejía, pero para las visitas superficiales hay una especie de continuidad entre lo que sería el Chiado , la plaza Luis Simoes y llegar al mirador de San Pedro de Alcantara (casi el mejor mirador de Lisboa, en dura competencia con Graça, y dándole varias vueltas al de Puertas de sol o Santa Caterina. Hay muchos miradores).
Pero esa es la cascara del Barrio Alto.
Por organizarnos , hay una parte muy compacta, que me recuerda al Raval (sin prostitución) que estaría en la zona que va desde el mirador de San Pedro, Dom Pedro V, O Seculo, Combro,Loreto y Luis Camoes
Hay que patearla, perderte y volverte a encontrar. Bares cutres, reclamo de Fado, pequeñas joyitas, mucho turismo y más pateo.
En Loreto hay un lugar que sorprendentemente sigue teniendo público portugués, mas que guiris, donde se pueden probar buenas parrillas como solo saben hacerlo los portugueses.
Tanto en sardinas y el pobre frango. Casa Da India Lda.
Otra parte sería desde Combro hacia abajo.
Mirador de Santa Catarina donde probablemente, no vimos el cartel que ponía prohibido viejos de mas de treinta años.
Al lado el contrapunto con el jardín bar del Museo de Farmacia (no lo hemos visto, pero está premiado y comentan que novedoso en la forma de ser museo, lo hemos apuntado en la lista de pendientes), donde puedes observar detrás de una reja la fauna ( o quizás ellos nos observan a nosotros dentro de la jaula..).
Una tercera sería tomando la Asamblea de la República como faro, moverse por la continuación de Combro, San Benito y alrededores.
Para los que lo pateen tienen de premio otra churrasquería, Casa Paz en la Rua del mismo nombre.Otro sitio razonablemente auténtico.
Aprovechando que estamos en el Barrio alto, y nos pasará en todo Lisboa, el plano de El Corte Ingles engaña mucho por las distancias y sobre todo por no reflejar los relieves.
Nada está adelante o atrás, sino mayoritariamente arriba o abajo.
Por eso otra imagen tan normal es la de los elevadores, funiculares y tranvías en ángulos imposibles. Guerra a los músculos.
Como teníamos la AC un poquito más cercano a la Asambles, hemos pateado ésta zona bastante y es una gozada, ya que era muy nueva para nosotros.
ALFAMA
Con Alfama tengo la típica relación amor odio.
Tener un barrio medieval, arábigo en las formas, coronado por un castillo potente, una catedral que parece otro castillo y con vistas al Tajo, es algo que, por narices, tiene que ser precioso. Y lo es, pero,muere de éxito. No sé a que hora se podrán evitar las colas en las calles, las llamadas a los fados , los tuk tuk que se han convertido en otra seña de identidad (ya llevo demasiadas).
Pero hay que estar y verla, y como todo barrio medieval/arábigo, hay que perderse por las calles.
En éste viaje hemos descubierto Graça. Y el camino desde el Castillo hasta Gracça nos ha deparado alguna sorpresa curiosa que fotografiamos. Las pintadas están siempre presentes, pero hay zonas donde per se, son la atracción.
En los bordes del barrio, está San Vicente da Fora ( muy interesante por dentro), el Panteón, no lo vimos y en el Largo Santa Clara, la Feria de Ladra o mercado de Pulgas (martes y sábados).
Están haciendo el museo Judío, está el clásico del Fado y otro museo nuevo de la resistencia al fascismo. Cerca de la Se. Museo del Aljube. No llegamos a verlo. Más lista de pendientes.
Muy alejada, pero merece la pena, está el Museo del Azulejo.
GRAÇA
Si has conseguido subir, ya estas en Graça. El Mirador, bien merece el jadeo de la subida. Y el barrio es curioso, ya que conserva muchas tiendas antiguas, que te hacen olvidar que estás en el Lisboa turístico que está en el mirador.
No continuamos demasiado siguiendo hacia abajo hacia la plaza de Martim Moniz.Parecía Chinatown.
No lo pateamos, pero lo que vimos era bastante anodinos, pero esta en las faldas del Castillo.
Esta plaza es uno de las terminaciones del sobresaturado Tranvía 28. El tranvía del turismo.
Inaccesible durante muchas horas al día, pero que, por la mañanas y por la noche, te permiten entender la atracción que significa, sin sentirte enlatado. Empieza o termina según donde lo cojas en esta plaza y la otra punta en la Basílica de La Estrella. En algunos sitios quitas el brazo de la ventanilla para no tocar pared. Una buena inversión de 2,85 € para aprox. 40 minutos de diversión.
ESTRELLA, CAMPO DE OURIQUE, AMOREIRAS, RATO
Tocamos algunas partes de éstos barrios, pero no en profundidad.
El recorrido toma como base La Basílica de la Estrella, una coqueteria para los que le gusta el neoclásico y Barroco. Y el mármol. En gran parte estilo parecido al de Mafre. Y otro gasto suntuoso por dar gracias a Dios por tener un heredero. ¡Lo del pan debajo del hombro, debió de ser posterior!.
Dentro hay un belén monumental de Joaquim Machado, muy en estilo murciano, por la calidad de las esculturas/figuras e incluye escenas bíblicas, no directamente relacionadas con el nacimiento.
Jardín curioso.
Aún cuando suene poco correcto, los jardines y bosques interiores de las ciudades no los visitamos.
Cerca está el Mercado de Campo de Ourique. No lo conocíamos y es un gigantesco mercado donde a la parte habitual han incluido otra tipo mercado San Miguel de Madrid con oferta gastronómica. Y menos visitado que el otro, que tampoco conocíamos, que es el Time Out Market/Mercado de la Rivera (Plaza Don Luis I, cerquita de la plaza de Comercio). Espectaculares. Y,aún cuando no comimos dentro, lo que vimos es calidad. Muchos cocineros, buenos productos y los precios no nos parecieron prohibitivos como en Madrid.
De ahí subimos hacia Amoreiras, para ver la parte nueva de oficinas y centro comercial moderno y a lo lejos el acueducto.
Esa linea que une Estrella, Ourique, Shopping Center de Amoreiras, Museo del Agua ( Reservatorio da Mae das Aguas Das Amoreiras), Museo de la ciencia y el Botánico y el Parque del Príncipe, es una zona que nos gustó por su tranquilidad, pocos turistas, tiendas normales y/o elegantes.
Es una zona fina y agradable, que sirve de contrapunto a un día en el Chiado. Y tiene de todo en gastronomía también.
Como era lunes no pudimos ver ningún museo y el Jardín Botánico está cerrado por obras.
Nos hemos apuntado en nuestra lista, todo lo relacionado con el suministro de agua. Tiene pinta de ser espectacular.
En los alrededores del jardín del Príncipe, vimos alguna galería comercial cool, cool.
Resumiendo; es otra Lisboa.
Y finalmente, exhaustos, aprovechamos para ver la plaza del Marqués y el Parque Eduardo VII y bajar por toda la Avenida de la Libertad.
La milla del oro que nos faltaba.
Es como los museos tradicionales, ¡se ve pero no se toca!
ZONA MUSEO GULBENKIAN
Anteriormente los que íbamos a esa zona ( y no nos gustaban los parques) era para ver el Gulbenkian. Una señora colección particular, hecha a su gusto y medida, y que nos enamoró la primera vez y que hemos ido todas las veces, y el museo siempre nos sorprende con algo nuevo. Ahora la zona de exposición de la parte moderna está mucho más visitable. Y tuvimos la suerte de un recopilatorio del polifacético artista ,Jose Almada Negreiros, que durará hasta Junio 2017 y que aconsejamos fervientemente.
Ahora además está el Corte Ingles y sus, a pesar de todo, útiles mapas de la ciudad.
Hay un restaurante cerquita del Museo, Laurentina, Avda Conde Valbom 71 (La couvada de Bacalhau es excepcional), que también merece el viaje.
ZONA DEL PARQUE DE NACIONES
La expo del 98. Con niños visita obligada al Oceanario.
Esta vez no hemos estado, no forma parte de las prioridades, pero tenia ganas de ver como de uso o abandonado está.
De cuando estuvimos , sacamos la conclusión de ir cuando hay gente, ya que al ser zonas abiertas, te entra depre si no hace un día soleado y vas con patines.
LA ZONA DEL TRANVIA 15: DEL CENTRO A LA TORRE DE BELEN. UN LARGO CAMINO
Mentalmente la visita a Belem me la planteo como si fuera otra ciudad.
La densidad de cosas a ver y admirar, es grande y aquí es justo al contrario de Lisboa. Vas de monumento en monumento. Casi no hablas de Belem, sino de la Torre, del Monasterio, del Palacio de Ajuda y de los muchos museos interesantes que están concentrados en y en el camino a.
Y aquí, aún se sufren más las colas y la presión del turismo. Incluso en el gigantesco bar de los pasteles de Belem.
Pero paciencia que el esfuerzo merece la pena.
En Belem resaltar Monasterio de Los Jerónimos, La Torre de Belem, Palacio de Ajuda, Nuevo Museo de Coches, CCB dependiendo de la programación y Museo del Arte Popular.
En éste viaje solo hemos hecho los Jerónimos. Indispensable. Una brutalidad manuelina.
De Camino a Belem (suena a canción) resaltar El Museo de Oriente, Museo de Arte Antiga, La zona de Copas de Santo Amaro y Cais de Sodre y el comentado Time Out Market.
La Fundación Museo de Oriente es otro de nuestros amores. Acaban de renovarlo. Dos plantas. Una a recordar lo importante que fue el lejano oriente para Portugal y su influencia, bien explicado muy impactante y con mucho valor.
Una segunda planta dedicada a la Opera China y sus caracteres. Los documentales de la propia Opera China, son más duros de seguir, pero no te dejarán indiferente.
RESUMEN
Lisboa es mucho Lisboa para presentarla en un blog.
Se nota que soy mal jugador de mus, y se ve fácilmente cuales son mis fobias y filias de ésta ciudad. La parte que más he escrito es la que hemos hecho en este último viaje y que ha supuesto una nueva mirada a Lisboa.
Perderos y disfrutar.
Para nosotros además ha sido la terminación del viaje 100 con Kapu. Largo viaje de casi un mes y en el que hemos podido ver cosas muy diferentes. Los que hayáis podido leerlas, espero que os ayuden a sentir Portugal y Extremadura de otra forma.