DISFRUTAR DEL BUEN TIEMPO Y DEJARSE LLEVAR: No solo mar y playa
Nos gusta el sol. Y vamos al monte o a la playa. En verano intentamos evitar las zonas saturadas de turismo y que, para las AC, cada vez las están poniendo más difícil.
- De un viaje anterior teníamos pendiente la mitad de la Ría de Pontevedra y la de Vigo.
- Nuestra hija iba a hacer el Camino Portugués de la costa.
- Galicia como Portugal, tenían los mejores ratios de la pandemia.
- El turismo estaba destrozado por lo que no esperábamos que hubiera demasiada gente.
Y Ana exigía sol y playa , después de tanto confinamiento.
Con todo esto ya empezamos el recorrido con un mapa bastante claro.
Pero últimamente, al contar con más tiempo, los viajes tienen vida propia.
En las ciudades grandes vimos mucha gente y a medida que pasaban las fechas más gente por las playas, así que después de bastante baños y playas que no conocíamos, optamos por cambiar de planes y hacer un viaje cultural más por el interior de Galicia y por las ciudades del norte de Portugal.
El tiempo ayudaba ya que durante julio, Agosto y Setiembre en éstas zonas ha sido un verano excepcional.
Y aún cuando parezca ridículo, empezamos a darnos cuenta que el Miño no solo unía ciertos pueblos y ciudades sino que, gracias a las playas fluviales, era y es una alternativa al turismo de playa y monte. Y ese ha sido nuestro descubrimiento, tarde, pero con intensidad.
El resultado es que además de la Península do Morrazo y el Camino Portugués, donde hemos invertido tiempo ha sido en el Miño, el Lima/Limia y en algunos afluentes como el Tamuxe, el Coura y el Avia.
Tanto nos ha gustado que en la lista de viajes pendientes acabamos de poner seguir el Sil y el Duero, como futuros viajes.
Los vikingos con sus drakars siguieron los ríos como fuente de saqueos y riquezas.
Nosotros nos conformamos con las vistas, las playas y los restaurantes y ver, sin saquear, las ciudades que lo acompañan.
El viaje nos ha llevado setenta días. En el mapa que os adjunto aquí, podéis ver los puntos donde hemos dormido. El aspecto anárquico del recorrido realmente ha sido así por muchas razones, y por FB podéis verlo. Desde bajadas hasta Aveiro y Figueira da Foz por tema familiar, saltar desde Exposende hasta Vila Nova de Cerveira por las bombas de agua de Kapu y desde Aldán hasta Ponferrada por un funeral.
una llegada enrevesada a PONTEVEDRA
Cuando salimos, no teníamos, tan claro como ahora cuando lo escribo, que Pontevedra sería nuestro punto de partida efectivo.
Primera parada en Puentedey, antiguo lugar de vacaciones de Ana.

En todos los viajes de ida, siempre hay un paso por Valladolid para ver a la familia que tenemos allí. Vayamos donde vayamos. Una tarde y mañana muy agradables con nuestro hijo Ander y Lidia, pareja y residentes en Laguna de Duero.
Por caminos rurales, pasamos por Wamba, donde volvimos escuchar al guía de la iglesia, que es lo que nos gusta, aún cuando es el osario el que atrae a la gente.


Torrelobatón, Mota del Marqués y a partir de ahí grandes campos de lavanda. Desconocíamos la importancia que en Tiedra tiene la cultura de la lavanda. Está el centro de interpretación de la Lavanda, su castillito, en un cerro y en un emplazamiento muy agradable la ermita de Tiedra, donde antes estaba el pueblo. No muy lejos el Centro Astronómico de Tiedra que divulgan divertidamente la astronomía aprovechando la ausencia de ruido lumínico en estos despoblados campos del señor.

Otro de tantos sitios preciosos que desconocíamos.
Por caminos rurales pasamos por Toro. Parada y ver la portada y pasear por la calle central y la vista de la colegiata. Da lo mismo cuantas veces lo hagas, siempre impresiona.

El siguiente paso fue Pino de Oro en las cercanías de los arribes del Duero y como las Médulas en pequeño, sus yacimiento de oro romanos. Unas vistas del Puente de Requejo y del secarral del entorno de los Arribes.


Hacía tanto calor que lo combatimos en las piscinas de Villadepera y aun cuando nos costó salir, acabamos durmiendo en Miranda do Douro. Ya en Portugal.

Una coquetería de sitio. Medieval, con su pasado fronterizo, perteneciente a una terreno duro como es Tras os Montes. A los que les gusta la Semana Santa de Zamora saben que un momento dramático es la salida de los cofrades de las capas pardas. Aquí también tienen este traje regional y aún hay sastres que las hacen. Una vista agradable y como veníamos recomendados, comimos en Balbina. Y así empezó nuestra perdición con el bacalao.
Cerca está Aldeia Nova con otras buenas vistas de los arribes y restos de uno de los antiguos castros que tanto veremos entre Galicia y Norte de Portugal.

Dormimos en Braganza, con un área de AC perfecta. Castillo, plazas singulares. Ni se las veces que hemos estado y siempre nos gusta.
Estos días fueron de muchísimo calor. Nos dijeron que en Macedo de Caballeros, estaba la Albufeira do Azibo. Y realmente es un sitio especialmente agradable. Baños, paseos, verde. A dejar pasar el tiempo.

El siguiente punto de pernocta fue Mirandela. La vista antes de pasar el puente ya es suficiente. Luego cuando paseas por dentro ya no es tan bonita. Pernoctamos cerca del puente y del río, con lo que disfrutamos.


Siguiendo nuestro extraño recorrido, pasamos por varios pueblos que nos habían aconsejado, pero o demasiado calor o no teníamos cuerpo de fiestas y sin pena ni gloria pasamos por Vila Verdinho, Romeu, Vale Pradinhos. Zonas duras.
Acabamos finalmente en el Área privada de Ac de Chaves en un buen parque. Paseo agradable y como habíamos estado recientemente con la Nacional II, visita relajada.
Seguimos dirección Verín, donde lo que mas nos gustó es el albergue de Peregrinos, pero paramos en Monterrei, con su espectacular fortaleza (parte Parador Nacional) y cabeza de una de las denominaciones de origen de vino gallego. Una guía muy profesional y agradable. Merece la pena.
Cerca está la mini playa fluvial de Vilaza.
De camino hacia Rivadavia paramos en el gigantesco Monasterio de Celanova. Dicen que fue uno de los que barajó Carlos V antes de decidirse por Yuste.
Ribadavia siempre pilla de paso y siempre es agradable. Un área preciosa, un reciento medieval creíble. En el Castillo estaban haciendo su 36 Festival Internacional de Teatro a pesar de la que está cayendo.

Nos dijeron que en Puentecaldelas había otra playa fluvial. En el camino nos encontramos una Galicia muy deprimida. Efectivamente la playa fluvial estaba bien y además como hubo mercado estaban los pulpeiros en la calle.
Una buena combinación. Y ya le estábamos quitando la aprensión a bañarnos en los ríos. No sabíamos los muchos que utilizaríamos.

Y finalmente pudimos llegar a Pontevedra y «empezar» nuestro viaje.

Con tiempo, los viajes de aproximación son ya parte del viaje.
Nos vemos en los siguientes artículos. No desfallezcáis tan pronto. Solo tenéis cinco por delante. Cortitos y con muchas fotos.
Os los facilitamos aquí mismo: