UN VIAJE DESEADO Y RETRASADO POR EL BITXO
No entramos en la discusión de si ya tenemos mucho para ver en España y no hace falta salir fuera. Pero llevábamos mucho tiempo viajando dentro de la Península Ibérica. Y hacían ganas. Viajar en sí, es la excusa para intentar conocer y conocerte mejor. Y cambiar de idiomas es un reto adicional, soltando más adrenalina en el viaje.
Como además nos gusta Italia, queríamos hacer viaje de microturismo. Mucho tiempo para pocos kilometros. Los preparativos de búsqueda se centraron en dos valles muy conocidos, el de Chianti y el de Orchia. ¡Pura Toscana!.
En la imaginación teníamos todos los tópicos posibles: sol, campos de trigo y cebada, colinas, pueblos en las colinas, cipreses no mortuorios, vides, cigarras y mucho sol y calor.

El peso de las películas y las lecturas relacionadas con éste pedazo de sueño, me despistaron los suficiente como para no acordarme que el viaje lo empezábamos celebrando la Nochevieja en Jaca.
No es queja, ya que hemos tenido la infinita suerte de tener 29 de 31 días de sol. Un sol brillante que ha dejado algunas fotos sorprendentes del cielo de Enero. Pero no calentaba lo suficiente para quitar la capa de hielo de Kapu hasta bien pasada el mediodía. Y oscurecía muy pronto.
En la práctica, alicientes para ver una Toscana sin turismo, sin cigarras, sin calor y con otro color. Y a pesar de todo, se me han acabado los adjetivos. Es difícil de entender que, sin gente, con muchos comercios y por supuesto bares y restaurantes, museos y oficinas de turismo cerrados hasta al menos semana Santa, hayamos seguido disfrutando de unas zonas que están, sin dudarlo, entre las más bellas que conocemos.

Difícil también ser capaces de trasladaros tantas sensaciones sin caer en los mismos adjetivos. Se intentará.
cura de humildad
Al preparar el viaje me había hecho una selección de pueblos y ciudades pequeños, descartando las ciudades clásicas Toscanas (Pisa, Florencia, Siena, Pistoia, Carrara, Livorno….).
Parecía bastante completo. Pero bastaron una par de entusiastas conversaciones con las encargadas de las Oficinas de Turismo piamontesas de Cuneo y de Asti, para que casi ni llegáramos a la Toscana. La zona meridional de Piamonte nos ha cautivado.
Pero también ha habido descubrimientos en la Toscana. La zona llamada Maremma, ella sola, ya compensa el viaje.
Y además muchos valles con personalidad, que ni siquiera estaban en la información recopilada y que nos han alegrado el viaje.
El corolario es que, cuanto más te esfuerces en seleccionar, al no conocer las zonas suficiéntemente, dejas de lado demasiadas cosas.
Y que una buena Oficina de Turismo es un regalo de los Dioses, cualesquiera que sean éstos.
para no liarnos
¿Hacer una agenda del viaje día a día o un resumen manejable?.
Al principio y lleno de entusiasmo, me había planteado el escribir un artículo diario para luego pegarlos como un libro de actas o cuaderno de bitácora. No había contado con la profesionalidad con la que nos dedicamos a hacer la obligada cata vespertina de las diferentes DOC de Piamonte y Toscana.
Lo que haré es dividir nuestro viaje en unas áreas razonablemente relevantes con los detalles más importantes y un mapa donde se pueden ver, en negro, los pueblos donde hemos dormido y en azul, las poblaciones en las que, al menos, hayamos tomado un café y que, con mayor o menor acierto, eran objetivos del viaje en origen o derivadas de las nuevas informaciones. En granate está la Ruta Francigena, que no hemos hecho, más que unos trocitos, pero que será objetivo de algún viaje futuro.
piamonte
Sin dudarlo ha sido la gran sorpresa del viaje. Aún cuando seamos de montaña, tener permanentemente los Alpes y los Apeninos de telón de fondo es sencillamente espectacular. Casi el 50% de Piamonte son montañas pero, además, hay otro 30% que son colinas y el resto la famosa llanura padana del Po.

Esas colinas, llamadas Langhe, son la cuna de los mejores vinos de Italia y dicen que de Europa. Barolo, Barbaresco, Barbera….Precioso paisaje de vides en colinas y poblaciones protegiendolas en las alturas, que es tan bonito como el que veremos después en la típica Toscana, solo que menos conocido.

Hay un culto importante al buen vivir relacionado con la comida, bebida y caprichos. Todos los derivados del cerdo en forma de embutidos serranos, la trufa blanca de Alba, el nacimiento del movimiento del Slow Food en Bra, los Cuneesis de Cuneo (bombón con ron), el emporio Ferrero con su estrella Nutella en Alba; son mostrados en infinidad de comercios dedicados al delicatessen. Pero también las inmensas extensiones de frutales en explotaciones superintensivas en las zonas cercanas a Saluzzo (preciosa para visitarla) a los pies de los Alpes se combinan con arrozales y agricultura intensiva al sur.
Le dan a todos los palos.
Nuestro objetivo era llegar a Pontremoli en Toscana y ahí empezar el viaje. Cuneo, Alba, Asti, Alessandria, Plasencia y finalmente Pontremoli. Si mirais el mapa la pretensión era hacer un viaje agradable con pequeñas paradas.
Como habíamos descartado ir por Niza-Génova y ya conocíamos el paso de Briançon, optamos por el paso de la Maddalena. Más complicado, pero es como perderse entre montes. Y con nieve e hielo, merece la pena la adrenalina que sueltas, sin contar las innumerables tornantes, como llaman a las revueltas 180º. La vuelta la hicimos por el paso más poblado de Montgenevre y Briancon, lleno de pueblos dedicados al ski.
Cuneo nos recibió engalanada de Navidades. Esto se va a repetir en la mayor parte del viaje, no sabemos si es porque respetan la antigua tradición de mantener el pesebre y los adornos hasta Candelaria o sencillamente por el «ya que lo hemos puesto vamos a amortizarlo». Se agradece. Una ciudad pequeña, con mucho comercio propio (otra bonita constante, están las marcas conocidas, pero hay muchas locales) y mucho de cafes antiguos, pastelerias y delicatessen.
Nos centramos en el valle del Tanaro. Hay un mapa excepcional (Filaridivite de los viñedos de Langhe-Roero y Monferrato) donde están agrupadas las zonas vinícolas pertenecientes a las provincias de Cuneo, Asti y Alessandria. En algún momento intentaré plasmar en otro artículo el jaleo de DOC y DOCG que tienen. Solo en Piamonte hay 44 DOC y 12 DOCG.
Para llegar a Barolo, que es la joya de la corona de esos vinos pasamos por Mondovi, peculiar y con una zona antigua en las alturas conectada con teleférico, llamada curiosamente La Plaza. Tienen también un licor local, el Rakoki. Cherasco, peculiar sin más, Bra, mi Santo Grial por ser la cuna del espíritu Slow Food (ojalá además fuéramos capaces de comer en alguno de sus restaurantes típicos sin empeñar a Kapu). Pollenzo es una sorpresa en el camino. Mucha historia romana, anfiteatro con casas encima, los Saboya que hicieron uno de sus palacios y edificaron mucho en neogótico pero en ladrillo y que, de paso, se ha convertido en la sede de la Universidad de Ciencias Gastronómicas. ¡Ole!
La carretera de Bra a Barolo es pura inmersión en colinas y en viñedos. Hay un museo en el Castillo que nos hubiera gustado visitar dedicado en exclusivo a los vinos del Valle.

Alba le hace la ola al fundador de Ferrero y la conocida Nutella y al Kinder y al Rocher …. La fábrica es casi tan grande como la parte antigua. Mucho comercio, la trufa por todas partes. La ciudad rodeada de industria.
Desde Alba, otro recorrido espectacular une las poblaciones cercanas de Barbaresco y Neive. Pequeños, coquetos, con los Alpes de fondo, torres medievales. Dedicados al vino, con sus enotecas y bodegas. Y con esa sensación de tranquilidad que se da en las zonas vinícolas. Nos acabaron echando de lo contrario aún estaríamos allí.
Asti se enorgullece de ser la carrera del Palio más antigua de Italia. Es grande, pero tiene un cogollo antiguo que merece la pena la visita reposada. No somos objetivos, ya que tuvimos la vendedora de emociones de la Oficina de Turismo. Salimos abrumados. Revisando lo que nos habían dado y explicado optamos por subir hacia el Parque Fluvial del Po siguiendo una de las concentraciones más altas de románico rural estilo Lombardo.
Settime, Cinaglio, Chiusano, Montiglio de Monferrato y especialmente la iglesia de San Nazario de Montechiaro d´Asti es un recorrido bonito para muy interesados en el románico, resto abstenerse.

En un momento de lucidez nos dimos cuenta que llevábamos los mismos días que utilizó Dios para la creación y aún seguíamos en Piamonte y aún nos quedaba el objetivo del viaje sin empezar.
Nos prometimos no volver a ninguna Oficina de Turismo hasta llegar al Valle de Chianti y solo parar en las pocas ciudades preseleccionadas. Disciplinadamente….
Casale Monferrato nos recibió con mercado (Cuneo, Bra también, lo que las hace siempre más atractivas). Y la joya de la corona, la Catedral de San Evasio. Con diferencia la mejor versión de Románico Lombardo de Piamonte.
Alessandria una pequeña desilusión. No ayudó el que la niebla no nos dejara ver ni la ciudadela y a duras penas el campanario de la Catedral. Vimos la tienda de Borsalino y poco más.
Plasencia/Piacenza por contra, nos encantó. Todo el casco encerrado en las murallas aún visibles, la plaza de los Caballos y todo su entorno, la zona del Duomo, la calle inevitable de Vittorio Emanuele llena de comercios. Una visita agradable. Casi nos quedamos a dormir, pero en éste viaje nos habíamos propuesto hacerlo solo en pueblos pequeños.
Nos fuimos a Castell’Arquato. Precioso. Pueblo medieval colgado. Fué nuestro primer pueblo naranja. Al igual que los «Más Bellos Pueblos de España» o Francia, los italianos, bajo el patrocinio del Touring Club Italiano, han acogido a 262 poblaciones. No hemos andado espabilados y solo al final del viaje hemos tenido el librillo con el detalle por regiones de éstas poblaciones. Lo tendremos en cuenta para la siguiente.

Volviendo a Castell, su iglesia Románica, castillo, que por aquí se les llama Rocca, el palacio del Podestá y las calles, las puertas. Todo. Incluso una de las mejores exposiciones de pesebres europeos que hayamos visto nunca.
¿Y que nos había traído a ésta zona? Pues que es otra de las zonas reputadas de vinos, las Colli Piacentini. Más zona de viñedos con castillos y poblados en las alturas defendiendolos.
Vigoleno más pequeño, y tan medieval que parece de juguete. Otro pueblo naranja. Cuna del Vino Santo, llamado así por ser recogido en Diciembre.
Agur a Piamonte y Romagna. Mejor gero arte.
toscana norte
Si algo hemos aprendido en éste viaje, es que hay mucha montaña. Hay un paso mítico que separa dos Apeninos, no muy alto (1041 m) pero en una carretera la SS 62 de mucho uso antes y ahora para ciclistas y motoristas. El paso de la Cisa.
Un inciso respecto a las carreteras. Las SL, son pistas forestales. Las SP son pistas forestales algo mejores. Las SR depende pero en general malas y las SS mediocres. Y la única autopista que cogímos fue para pasar Génova y estaba llena de obras. Si no lo digo reviento. No invierten mucho en infraestructuras secundarias.
Sin saberlo, a la zona de entrada a Toscana por el Norte se le llama Lunigiana.
Y esto me lleva a otro pequeño inciso sobre la Ruta Francígena, que nos ha acompañado en éste viaje .
Francígena significa que viene de Francia. Pero realmente es un ruta de Romeros que empieza en Canterbury y acaba en Roma. Lo de Canterbury es una broma por el viaje a rendir pleitesía que hizo el arzobispo Sigerico de Canterbury y lo puso por escrito. Postureo del S X.
Por Italia tiene 44 etapas y más menos 1000 km. Desde Plasencia hasta Viterbo ha sido una compañía constante. Eso sí, con el frío que ha hecho no hemos visto ningún romero.
lunigiana
Después de la zona del Piamonte hay que reconocer que este valle nos decepcionó. En todas las visitas que hicimos se notaba menos riqueza. Y las vistas no eran las que nos habían enseñado en las pelis. Tuvimos además una mala experiencia, ya que cuando íbamos a Fondisnovo, una de las joyas del valle, tuvimos una carretera horrorosa que además se estrechó tanto que no pasaba Kapu. Media vuelta y volver con miedo por la misma carretera. Virgoletta, otro punto medieval relevante necesitaba toneladas de trabajo y pintura.
La única sorpresa agradable fue Pontremoli, puerta de entrada por el norte del Valle.
Una pequeña ciudad medieval, con su plaza historiada, torres, etc y que visto desde arriba es como una península por los dos ríos que la separan de la zona nueva y que la han mantenido en formol como hace siglos. La unión con la tierra está protegida por un imponente castillo a una altura considerable. En el castillo está el Museo de Estelas, imprescindible. Y que milagrosamente, por estos lares, está abierto casi todo el año.

Las vistas de la carretera que cruza todo el valle con los Apeninos Tosco-Emilianos, bien merece soportar los baches y las ciudades medio modernas.
Después de la experiencia del camino a Fosdinovo, optamos por ir a Luca por las carreteras que parecían mejores y que nos llevaron por la zona denominada Versilia, zona de costa con nombres tan bonitos como Carrara, Pietrasanta , Forte dei Marmi, que casi de forma instintiva nos hacen pensar en mármoles y éstos hacen que los montes parezcan nevados. Fué gracioso, ya que a la vuelta, sin saberlo, paramos en una avenida de Forte dei Marmi y lo más barato que encontramos en comercios era Prada. Incluso pudimos ver una tienda (tienda por decirlo de alguna forma) de Balenciaga.
Ahora revisando el viaje y la información recogida, creo que hubiéramos apreciado más haber ido por la zona de Garfagnana , más montañosa y rural y ver las poblaciones de Castelnuovo, Barga y Borgo a Mozzano. Pero será otro viaje.
luca y san miniato
Sin saber la razón, pero Luca ha sido la única ciudad grande que hemos repetido. Quizás el estar encintada perfectamente y seguir pareciendo un castro romano, la hace más pequeña de lo que realmente es. Disfrutamos de un gran almacén de obras de arte compartido solo con los lugareños. Un placer aconsejable.

Suele haber exposiciones temporales relevantes cerca de Información y Turismo en el Espazio Cavallerizza y hay una ticket combinado para el entorno del Cattedrale di san Martino di Lucca. Y seguir pateando con bastante ambiente. En la única parte donde nos dió sensación de desangelado fue en la plaza/terraza del anfiteatro.
Hay una zona de AC de pago muy razonable en la Vía Gaetano Luporini. 10 € 24 Horas.
De todas formas, para dormir nos fuimos a San Miniato. Está encaramado en tres colinas, en una una impresionante torre de Federico II. En este caso sí está demostrado que es el origen de la familia Bonaparte. Y entre batallas y conquistas, vino a verlo el propio Napoleón. Protege el Valle de Arno entre el Val d’Elsa y el de Egola.
Como no podía ser de otra forma, en este valle, estuvieron los etruscos, los romanos, los lombardos, los imperiales en su lucha contra la liga lombarda contra Florencia, bajo Florencia….. Solo la parte de los etruscos y romanos daría para muchos artículos y me he prometido que en esta no toca.
Solo es para entender cómo en los sitios más insospechados tenemos construcciones de categoría aptas para turistas.
val d’elsa
En los viajes largos nos pasa, desafortunadamente, que tenemos más información a la vuelta.
Val D’Elsa tiene mucha personalidad pero oscurecida bajo la sombra de la zona de los pueblos apellidados Chianti.
Como toda ésta zona, estaba en continua pelea entre Florentinos y Sieneses y sus aliados. No debió ser una vida agradable, pero nos han dejado muchos pueblos medievales de escándalo. Y el motivo de tanta pelea es la riqueza de sus tierras, regadas por el vino Chianti entre otros.
Además forma parte de la ruta Francígena y eso es sinónimo de transferencia de conocimiento como en todos los Caminos de Peregrinos.
Ahora administrativamente está dividido entre las provincias de Siena y Florencia.
Nosotros, casi por casualidad, vimos Certaldo (uno de los posibles lugares de nacimiento de Bocaccio) y Colle di Val D’Elsa. Sorpendentes ambos. Y de haberlo sabido hubiéramos bajado siguiendo el río Elsa desde Vinci, Empoli,Montespertoli, Castelfiorentino y Gambassi Terme. Seguimos acumulando deberes para el siguiente viaje. Por cierto esta zona además del vino y lo medieval es una zona con mucha artesanía vidriera.
Perdimos el valle, pero pudimos ver sin turismo, dos joyas de las que aparecen en las guías y que no necesitan presentación ni comentarios: San Gimignano y Monteriggioni.

No decepcionan.
Estas dos, junto con Certaldo son Banderas Naranjas. Solo por estadística, de las 262 Piamonte tiene cuarenta y Toscana treintaiocho.
CHIANTI
Si nos atenemos a las zonas que producen el vino Chianti podríamos visitar media Italia.
- Colli Aretini, en la provincia de Arezzo;
- Colli Fiorentini, en la provincia de Florencia;
- Colli Senesi, en la provincia de Siena;
- Colline Pisane, en provincia de Pisa;
- Montalbano, que abarca parte de las provincias de Pistoia y de Prato;
- Montespertoli, en el territorio de Montespertoli, provincia de Florencia;
- Rufina, en el territorio de Rufina provincia de Florencia
Pero nosotros realmente lo que queremos es el viaje de ensueño que todos nos imaginamos cuando alguien nos habla del valle de Chianti. Y eso es la carretera SR 222.
Ahí están los paisajes cautivadores en cualquier época del año. Ve y disfruta y cualquiera que sean las expectativas, se cumplirán.
La visita a los pueblos que de alguna forma están reconocidos como centro del Chianti Clássico y reconocibles por los gallos negros es agradable como pasos intermedios para seguir viendo el paisaje.
Nosotros hemos estado en San Casciano in Val di Pesa (el que más nos ha gustado), Greve in Chianti, Montefioralle (precioso), Panzano in Chianti (quizás el más completo), Radda in Chianti (Bandera Naranja) y Castellina in Chianti (tumba etrusca admirable).
Nos tentó bajar a Siena, pero como nos habían dicho que, incluso aún cuando parecía imposible, el paisaje y los pueblos del Orcia eran más bonitos y optamos por seguir el viaje rural.
valle de orcia, val d’orcia o valdorcia
Vaya por delante que el Valle es Patrimonio de la Humanidad y se lo merece, pero a diferencia de Chianti, el paisaje está perfectamente complementado con sus ciudades.

Demasiados estímulos a la vez. Imperdible. Unas pocas notas que no pretenden describir la belleza de cada sitio:
Castiglione d’Orcia y sobre todo Rocca d’Orcia y su Torre a Tentennano.
Montalcino precioso, y cuna del Brunello de Montalcino, probablemente de los vinos más caros de la zona y eso es decir mucho. Bandera Naranja.
Pienza si miras la letra pequeña de la declaración de la zona como Patrimonio mundial, parece que están pensando en Pienza «Criterio (iv): El valle de Orcia es un reflejo excepcional de la manera en la que el paisaje fue re-escrito en los tiempos renacentistas para reflejar los ideales del buen gobierno y para crear unas imágenes estéticamente atractivas«. Es una ciudad preciosa desde lejos, brilla como un faro, y dentro es producto de la imaginación del arquitecto que quería hacer la ciudad ideal y pagado por su hijo predilecto papa Pío II, con el dinero de la Iglesia… Y encima, el pecorino de Pienza te deja obnubilado. Bandera Naranja.

Radicofani, emplazamiento y castillo amenazador en un pueblo medieval de escándalo. Bandera Naranja
Cerca están los baños termales sulfurosos de Bagni San Filippo con depósitos calcáreos con nombres sugerentes.

San Quirico d’Orcia Murallas y Románico precioso
Monticchiello un nombre muy apropiado, con tradición de teatro popular y unas casas y calles cuidadas por los lugareños sin diferenciar dentro y fuera de la casa.
No lo he dicho pero a lo largo de este viaje en los pueblos pequeños no hemos encontrado esa falta de cuidado en los lugares comunes que hemos conocido en otras zonas de Italia. Aquí se cuida el pueblo con intensidad.
Bagno Vignoni sorprendente zona termal. Una gran piscina medieval rodeada de casas que convierten al conjunto del pueblo en un precioso resort.
Montenero d’Orcia y Montegiovi no llegamos, pero seguro que merecerá la pena visitarlos.
VALDICHIANA
Para pasar del Valle de Orcia hacia el de Valdichiana Montepulciano es un buen punto de parada. Su vino Nobile de Montepulciano y todas la enotecas y el campanario con una figura tañedora de la zona de Nápoles (Polichinela) y la plaza monumental al final de una buena cuesta son buenas excusas para pasar un rato muy agradable.
Las poblaciones del valle son:
Chianciano Terme, Chiusi, Cetona, Civitella in Val di Chiana, Cortona, Foiano della Chiana, Lucignano, Marciano della Chiana, Monte San Savino, Montepulciano, San Casciano dei Bagni, Sarteano, Sinalunga, Torrita di Siena y Trequanda.
No pudimos ver todas, pero nos enamoramos de Cortona, en lo alto, alto, con unas vistas espectaculares, ambiente de ciudad, arte y cultura, uno de los mejores museos etruscos y un enclave franciscano capuchino sorprendente y seleccionado por el propio Francesco de Asis.

Por no extenderme no he ido indicando en cada pueblo las iglesias dedicadas a San Francisco. Son más que abundantes y muchas tienen frescos renacentistas de gran valor. O esmaltados de la Familia Della Robbia. Peculiares. Me encantan los blancos, pero los esmaltados de colores a veces parecen, de tan chillones, naives.
Lucignano, de tan coqueta, con las calles formando círculos y encintado, parece de mentirijillas.
La Torre Marciana, Foiano y Monte San Savino son pequeñas paradas super agradecidas. Dicen que tanto Plinio el Viejo, Da Vinci y Goethe hablaban de este valle como una especie de vergel en la tierra.
Los amantes de la carne, que miren las vacas Chanianas, que dicen son las mejores para el plato típico: Bistec a la Fiorentina.
entorno de arezzo
Arezzo son palabras mayores. Un ciudad rebosante de arte y señorío. No es de extrañar que sea la sede de la feria de antigüedades más antigua de Italia. Entre multitud de obras de arte conviene no perderse los frescos de Piero della Francesca, en San Francisco. El cristo de Cimabue en Santo Domingo. El románico de Santa María de la Pieve. La plaza grande, el castillo mediceo.
Además fué una de las doce ciudades estado de los etruscos.
Todo es poco.
Anghiari y Sansepolcro son dos bellezas a las que dedicar tiempo. Tiempo que nos faltaba ya, por lo que dejamos todo el norte y ya, con la mirada puesta hacia la última etapa del viaje, paramos a comer y celebrar tanta belleza comiendo en Castiglione Fiorentino. Muy agradable.
toscana sur : la maremma
Es demostración de nuestra ignorancia, pero no nos sonaba nada ésta zona. Y ha sido un gran descubrimiento en éste viaje.

Sorano y Pitigliano son sencillamente sorprendentes. Están colgadas, amuralladas, con fortaleza, guetos. Son zonas que están encima de la gigantesca zona de tuba volcánica. El Parque Arqueológico Ciudad del Tuffo permite ver las Cavas, carreteras excavadas en la roca, como las de San Rocco y San Sebastiano, tumbas espectaculares etruscas, cerradas las importantes…..hasta Marzo. Ciudad troglodita de Vittoza.

Sovana, medieval, coqueta y con la concatedral de San Pedro y San Pablo espectacular, prerrománica.
Montemerano, Magliano, Talamonte medievales, atalayas.
Algo que hicimos, como muchos italianos, fue disfrutar del entorno termal en Saturnia, ya sea en la parte libre o en el gigantesco resort. Nosotros en la parte libre, calorcito, olor a huevos podridos que duró tiempo en la piel y la suavidad de un bebé.
Grosseto, la capital perfectamente circundada por potentes murallas. Una ciudad alegre. Muy cerca está el Parque Arqueológico de Roselle donde se ven ruinas romanas y etruscas, y al menos para mi, las impresionantes murallas megalíticas etruscas que solo las había visto en las ciudades estado de Grecia tipo Micenas.

Massa Marítima, una sorpresa en el monte minero, con su plaza brillante y su duomo románico.
Para nosotros ha sido una parte a la que hemos dedicado tiempo, pero quizás no lo suficiente al estar mirando de reojo las fechas de vuelta.
fin de fiesta
Reconozco que releyendo el post, quizás no he utilizado suficientes adjetivos. En todos los viajes siempre hay alegrías y decepciones respecto a las expectativas. Así nos ha pasado con la zona más cercana al Monte Amiata y la costa del entorno de Santo Estefano. Pero han sido dos días como mucho de un viaje de treintaiun días de sorpresas y de desconcierto ante tanta riqueza.
Espero que os sirva para poder planificar vuestros viajes. Da para muchos.
tus textos son como Oro Escrito…eskerrik asko!!
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Exagerada. Vamos a dejarlo en cobre pintado. Pero se agradece
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Aupa Josu. Que lujo de libro de viaje. Fotos estupendas y mogollón de información. Zorionak
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Una zona fácil para quedar deslumbrado y de las que siempre es más de lo que se puede contar.
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